Es cualquier suceso imprevisto, traumático, causado por factores externos y repentinos, no provocado deliberadamente por el cliente, que produzca una lesión orgánica o un daño funcional, permanente o temporal, que deba ser atendido dentro de las primeras 24 horas de ocurrencia.
No se considerarán como accidente las complicaciones derivadas de un tratamiento o procedimiento médico.